jueves, 11 de junio de 2009

La Jornada Jalisco:

El Lobby

RAÚL TORRES

Manual para manifestantes

Lo que sucedió el martes pasado con los vecinos de Miravalle, Cerro del Cuatro, Las Pintas, Toluquilla y Artesanos que lograron detener por unas horas el flujo del Macrobús para exigir que regresaran algunas de las rutas que usaban anteriormente, es la historia común de las manifestaciones en esta ciudad, que generalmente no logran ser tranquilizadas por los gobiernos dando largas y finalmente desarticuladas por cansancio.

Por ello, desde este rincón del Lobby nos proponemos esbozar una especie de manual que contenga lo que el manifestante primerizo debe saber para evitarse varios pasos que, seguramente, lo llevarán a correr la misma suerte que la mayoría de quienes se manifiestan: perderse en un marasmo de promesas que nunca serán cumplidas. Así, va una lista que bien podría completarse con las ideas de otros que ya han pasado por estos menesteres.

1.- El manifestante o futuro manifestante debe saber que tarde o temprano, y sin previa consulta, el gobierno del estado, el municipio o la misma federación, promoverá un proyecto de “desarrollo” –llámese sistema de transporte, presa, proyecto inmobiliario o turístico-cultural– que a todas luces afectará notoriamente su calidad de vida. Ese es el detonante de su manifestación.

2.- El manifestante y sus vecinos comenzarán a hablar del tema y a organizarse para pensar de qué forma hacer oír su voz para denunciar los daños que el proyecto gubernamental ocasiona en su comunidad.

3.- Después de enviar cartas a medios de comunicación y a las propias entidades de gobierno responsables del proyecto sin lograr mayor atención que un “analizaremos el caso”, los inconformes decidirán iniciar otras acciones. La más común es la manifestación. Generalmente entre el paso uno y el tres transcurren varios meses.

4.- Tomada la decisión se convoca a los medios, en algunos casos, o simplemente se ejecuta la acción bloqueando una calle o plantándose frente a alguna dependencia de gobierno o plaza pública.

5.- Luego de un rato de asolearse y gritar consignas contra la administración, aparecerán los policías, municipales o estatales, o ambos, si el caso lo amerita.

6.- Minutos después, ya echado a andar la intimidación, aparecerán dos o tres hombres de traje gris, que se presentarán como enviados de la Subsecretaría de Asuntos del Interior, dependiente de la Secretaría General de Gobierno para tratar de negociar.

7.- Los hombres del traje gris serán amables y le dirán que el gobernador mismo está al tanto de lo que ocurre y ya trabaja en el asunto, por lo que le pedirán que los manifestantes se retiren y “no compliquen más las cosas”. El manifestante debe saber que los argumentos de los hombres de gris siempre irán en torno a la negociación, el respeto a la legalidad, al acuerdo y la buena voluntad; pero también debe saber que todas son frases demagógicas aprendidas de otro manual.

8.- Si el manifestante persiste, los hombres de gris activarán la siguiente fase de negociación y ofrecerán “sentar” a una comisión (eso es clave, siempre pedirán que se forme una comisión) de los inconformes con un alto funcionario. Ese alto funcionario en la mayoría de los casos resulta ser de tercer nivel pero con un puesto de nombre rimbombante. En este punto es donde la mayoría de los manifestantes sucumben y se retiran, enojados pero con la idea de que alguien del gobierno finalmente resolverá su caso.

9.- Si el manifestante aceptó la reunión, al celebrarse ésta se dará cuenta de que el alto funcionario no es tal y que ante todas las propuestas de solución que lleven los manifestantes (ese es otro punto importante, en este tipo de reuniones los empleados de gobierno siempre pedirán propuestas por parte de los inconformes) tendrá que consultarlo con sus superiores. El diálogo entre los manifestantes y el gobierno comenzará a degradarse a lo largo de citas sucesivas y en un periodo considerable de tiempo, los manifestantes volverán a repetir los puntos enlistados del 3 al 8 en este manual pirata.

10.- Si el manifestante ha recorrido en varias ocasiones el camino de los puntos 3 a 9 de este dizque manual, no aceptará la reunión propuesta por los hombres de gris e insistirá en que se presente a negociar el directo responsable, alguien con poder de decisión. En este punto la situación puede tensarse y dependiendo del lugar donde estén los manifestantes y a qué autoridad requieran. Así, puede implementarse el uso de la fuerza pública para el desalojo, la huída del funcionario en cuestión por la parte de atrás del recinto en que se encuentre, o simplemente la ruptura del diálogo donde los funcionarios se retiran y dejan que la manifestación, por si misma y el cansancio, se desintegre.

No hay paso 11, ni 12 ni 13, esos los tendrán que escribir quienes tengan mejores ideas para movilizarse, pero al menos, quien se manifieste o piense hacerlo, debe tener en cuenta lo anterior para no desgastar su ánimo ni energías durante varios meses para sufrir lo que Sísifo. Tal vez, tomando en cuenta esto puedan emplear mejor su tiempo y fuerza en formas de organización más sólidas y creativas.

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