Se derribaron más de 500 árboles para abrir varios caminos en la zona, que tiene características de bosque por su vegetación, similar a la del cercano macizo de El Nixticuil.
ZAPOPAN
Ecocidio en Copalita
Una reserva suburbana pródiga en vegetación es depredada por particulares ante la complacencia del Ayuntamiento de Zapopan que no interviene pese a las denuncias que le han planteado, aduciendo que es competencia federal OC | Guillermo Gómez Sustaita
Particulares que han sido identificados como especuladores de terrenos, son los responsables de un grave atentado ambiental en la zona conocida como la «Cañada del Tostón», en Copalita, municipio de Zapopan, que es pródiga en vegetación y bellezas naturales.
El lugar ha sido objeto en estos últimos días del derribo de más de 500 árboles y de incendios intencionales a fin de abrir caminos depredando el entorno existente.
De acuerdo a una amplia investigación al respecto, los responsables usaron maquinaria pesada y operarios para trazar dichos caminos –en una zona con topografía muy accidentada, tipo sierra–, sin contar con ningún permiso. Por ley, se requieren estudios y de la manifestación correspondiente de impacto ambiental para ejecutar esta clase de obras, la que otorgan la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y otras instancias.
En este caso, los autores del derribo de decenas de robles, encinos y demás árboles endémicos de la «Cañada del Tostón», lo hicieron clandestinamente, al margen de la ley.
En la visita de este medio a la zona afectada se corroboró la gravedad del ecocidio cometido. Árboles que simplemente se arrancaron, sin consideración alguna, al avanzar las maquinas que abrieron los caminos; otros más que fueron quemados. Desde luego hubo una gran afectación a la fauna del lugar, que se localiza en los suburbios de la zona metropolitana de Guadalajara.
Pobladores de Copalita, localidad a la que pertenece la zona del ecocidio, se dicen consternados por lo ocurrido ya que durante varias generaciones han procurado la preservación del lugar, que tiene un gran potencial ecoturístico (siendo éste, seguramente, uno de los fines de depredar el entorno y luego urbanizarlo irregularmente); por lo que determinaron tomar acciones: una y que es reciente, del 10 de junio, fue denunciar los hechos al Ayuntamiento de Zapopan, que a través de varios funcionarios a los que han contactado, se dice «incompetente» para actuar, aduciendo que es facultad del Gobierno Federal, que sería la Semarnat; la segunda acción fue impedir que ingresen a la «Cañada del Tostón» los depredadores, habiendo instalado un plantón con habitantes del poblado de Copalita para inhibirlos.
Entre los responsables que están identificados con este ecocidio, figuran los señores José, Tomás y Luis de León; Cándido López Montes, Rogelio Ochoa Jaimes y Rogelio Gallegos. Ninguno es conocido en Copalita, ni en poblados cercanos.
Ecocidio en Copalita
Una reserva suburbana pródiga en vegetación es depredada por particulares ante la complacencia del Ayuntamiento de Zapopan que no interviene pese a las denuncias que le han planteado, aduciendo que es competencia federal OC | Guillermo Gómez Sustaita
Particulares que han sido identificados como especuladores de terrenos, son los responsables de un grave atentado ambiental en la zona conocida como la «Cañada del Tostón», en Copalita, municipio de Zapopan, que es pródiga en vegetación y bellezas naturales.
El lugar ha sido objeto en estos últimos días del derribo de más de 500 árboles y de incendios intencionales a fin de abrir caminos depredando el entorno existente.
De acuerdo a una amplia investigación al respecto, los responsables usaron maquinaria pesada y operarios para trazar dichos caminos –en una zona con topografía muy accidentada, tipo sierra–, sin contar con ningún permiso. Por ley, se requieren estudios y de la manifestación correspondiente de impacto ambiental para ejecutar esta clase de obras, la que otorgan la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y otras instancias.
En este caso, los autores del derribo de decenas de robles, encinos y demás árboles endémicos de la «Cañada del Tostón», lo hicieron clandestinamente, al margen de la ley.
En la visita de este medio a la zona afectada se corroboró la gravedad del ecocidio cometido. Árboles que simplemente se arrancaron, sin consideración alguna, al avanzar las maquinas que abrieron los caminos; otros más que fueron quemados. Desde luego hubo una gran afectación a la fauna del lugar, que se localiza en los suburbios de la zona metropolitana de Guadalajara.
Pobladores de Copalita, localidad a la que pertenece la zona del ecocidio, se dicen consternados por lo ocurrido ya que durante varias generaciones han procurado la preservación del lugar, que tiene un gran potencial ecoturístico (siendo éste, seguramente, uno de los fines de depredar el entorno y luego urbanizarlo irregularmente); por lo que determinaron tomar acciones: una y que es reciente, del 10 de junio, fue denunciar los hechos al Ayuntamiento de Zapopan, que a través de varios funcionarios a los que han contactado, se dice «incompetente» para actuar, aduciendo que es facultad del Gobierno Federal, que sería la Semarnat; la segunda acción fue impedir que ingresen a la «Cañada del Tostón» los depredadores, habiendo instalado un plantón con habitantes del poblado de Copalita para inhibirlos.
Entre los responsables que están identificados con este ecocidio, figuran los señores José, Tomás y Luis de León; Cándido López Montes, Rogelio Ochoa Jaimes y Rogelio Gallegos. Ninguno es conocido en Copalita, ni en poblados cercanos.
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