jueves, 17 de septiembre de 2009

El Informador:


Asentamientos humanos están prohibidos en el Bosque El Nixticuil

  • Investigador detecta anomalías en la Manifestación de Impacto Ambiental

El investigador Arturo Curiel señala que el suelo es de uso pecuario y agrícola, y que no podría cambiarse para construir casas

ZAPOPAN, JALISCO.- En los terrenos donde el Grupo Guadalajara pretende construir el fraccionamiento Mirasierra Zapopan, dentro y fuera del Bosque El Nixticuil, no se permiten los asentamientos humanos, de acuerdo al ordenamiento ecológico territorial.

Esto lo analizó Arturo Curiel Ballesteros, investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que el promovente entregó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para solicitar el cambiar de uso de suelo de 71 hectáreas de las 691 que contempla el desarrollo inmobiliario.

La MIA plantea que la zona a deforestar (71 hectáreas de pino y encino) pertenece a la UGA Ag3 141 Protección (Unidad de Gestión Ambiental). Sin embargo, Curiel Ballesteros señala que son predios ubicados en la UGA Fo3 133 Conservación, que tienen un uso compatible de flora y fauna, un uso condicionado en las actividades pecuarias y agrícolas, y no se contemplan los asentamientos humanos. En concreto: “No procede un proyecto de este tipo”.

Las hectáreas de las que no se pide cambio de suelo están en la UGA Ag3 141 Protección, que protege el uso agrícola y prohíbe asentamientos humanos en suelos con alta fertilidad.

En un documento que envío el doctor en Ciencias Biológicas al Comité Salvabosque Tigre II –que rechaza al desarrollo que comprendería a más de 100 mil habitantes– “la zona en cuestión presenta suelos de este tipo (curiosamente en la MIA se considera como que No Aplica) por lo que no se podría sustituir suelo con capacidad de producción de alimentos por construcción de casas”. En el resto, podría usarse el criterio C20 (cuatro viviendas por hectárea o 20 habitantes por hectárea) “que no se cumple de ninguna manera en el proyecto”, pues planean edificar siete mil 59 vivientas H3 (densidad media) y nueve mil 440 de densidad alta (H4).

Finalmente, la MIA no refleja acciones para mitigar los impactos ocasionados, ni para garantizar un bienestar, “pues no cumplen los criterios básicos de los organismos internacionales” en los que se definen nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante.

El documento de Grupo Guadalajara (integrado por Jardín Real/ Consorcio G, Gómez Vásquez Aldana GVA, Mendelssohn y Amadeus) plantea afectaciones a la calidad del aire por emisión de gases contaminantes, generación de partículas suspendidas, incremento en los niveles de ruido ambiente; al suelo, por pérdida por despalme, erosión, compactación y contaminación por residuos domésticos, peligrosos y aguas residuales; al agua, por polución de cuerpos superficiales; y a la vegetación, por desmonte y desplome de dos mil 500 árboles (el Comité Salvabosque considera que son muchos más).

Asimismo, serán erradicadas 109 especies de plantas, 30 especies de aves, 21 de mamíferos, 26 de anfibios y reptiles, entre las cuáles se encuentran al menos nueve especies con alguna categoría de protección en la NOM-059-SEMARNAT-2001.

Para saber

La Semarnat Jalisco ha señalado que no puede emitir ninguna opinión al respecto, debido a que el proyecto se encuentra en consulta pública, la cual concluye este viernes con una sesión en la Comisión Nacional Forestal (Conafor).


Un paisaje de tinacos

Desde que el Río Blanco se “pudrió” por las descargas residuales de los fraccionamientos del Valle de Tesistán, tiene que pagar hasta mil pesos mensuales para abastecerse de agua con pipas. Y aunque vive con “apreturas de panza”, por ningún motivo quiere vivir en una zona urbanizada, donde “le falta el aire”, cuenta Fermina Venegas, sentada afuera de su vivienda de láminas, maderas desgastadas y ladrillos, en la parte alta del poblado de Río Blanco, que quedaría rodeado por el fraccionamiento Mirasierra de Zapopan.

Se enteró del desarrollo inmobiliario porque todos los ejidatarios ya vendieron sus tierras: “No nos han dicho nada, pero imagínese, es lo único que tenemos (el bosque). Ya nos quitaron el río, que de a tiro no sirve para nada, y ¿ahora esto? ¿Qué nos van a dejar?”.

Mientras platica, muestra con las manos a un lado y a otro lo “bonito” del bosque que tiene frente a su casa. Lo mejor, dice, es “El Diente”, donde hacen unas fiestas (los escaladores) “que se ponen bien bonitas”. En parte de esa zona, estará el Polígono 2, que mide 82 mil 485.41 metros cuadrados.

Desde su casa, de apenas dos cuartos cuadrados y donde viven siete personas, se ven amontonados cientos de pinos y encinos. Todos serían derrumbados para intercambiarlos por un paisaje de tinacos.

La MIA señala que la población más afectada sería Río Blanco, además de San Esteban, San Isidro, Río Blanco, Copalita, Los Guayabos y San Rafael.

El delegado de Río Blanco (donde viven 538 personas, en su mayoría con ingresos de entre dos y cinco salarios mínimos), Ángel González, asegura que tampoco le han informado del fraccionamiento.

La mayoría de los ejidatarios ya vendieron sus terrenos, pero no han recibido el pago porque el Grupo Guadalajara negoció que les darán los recursos hasta que ellos vendan las viviendas.

Mirasierra comprende siete polígonos, de los cuales dos se meten al Área Natural Protegida del Bosque El Nixticuil, y el resto está en colindancia.

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