Los de abajo
No importa que haya videos e imágenes que demuestran la
devastación ecológica que llevan a cabo las empresas inmobiliarias en el
bosque Nixticuil, el pulmón verde más grande de la zona metropolitana
de Guadalajara. No importa la verdad, pues el alcalde de Zapopan, Héctor
Robles Peiro, se atreve a declarar que no hay proyectos inmobiliarios
que lo estén invadiendo o amenazando.
Las fotos de un antes y después de
que llegaran los invasores, la maquinaria trabajando, los anuncios de
los fraccionadores, los videos promocionales, todo debe ser pura
ilusión.
De acuerdo con el alcalde, no se construyen los fraccionamientos La
Cima y Cañada San Lorenzo, dos de los proyectos denunciados desde hace
más de cuatro años por el Comité Salvabosque, integrado por familias que
ponen el cuerpo en defensa de un nicho en el que crecen encinos,
robles, pinos, tepames y huizaches, y sobrevuelan aves en peligro de
extinción, además de las provenientes de Canadá.
La Cima y Cañada San Lorenzo, advierten desde Zapopan, “son dos de
los siete proyectos inmobiliarios que están ocasionando daños
irreversibles al bosque, ya que flanquean una zona de cañadas de bosque
de pino que dan cobertura al Arroyo Seco (catalogada en el Atlas de
Riesgo de Zapopan como zona de inundación)”.
La trampa de las declaraciones oficiales de que no se afecta el
Nixticuil con los proyectos de la familia García Ponce y de la
inmobiliaria Coben –denuncia el comité– es que la zona invadida se ubica
al sur del Nixticuil; es decir, en la zona más cercana a la ciudad,
eliminada del decreto de Área Natural Protegida en 2006, por Arturo
Zamora. “Consideramos necesario insistir en esto porque con el argumento
de que son zonas del bosque que no están protegidas (no forman parte
del ANP), el alcalde Héctor Robles se empeña en engañar a la sociedad
declarando que no hay invasiones”.
El Comité Salvabosque, que defiende su patrimonio natural desde hace
más de siete años, advierte que “los fraccionadores han comenzado los
trabajos de urbanización de las nuevas etapas de La Cima y Cañada San
Lorenzo”, y continúan talando, excavando y removiendo suelo forestal
para el drenaje que presumiblemente desembocará en el Arroyo Seco,
cercano a la zona boscosa dentro del hospital Ángel Leaño. “Aunque los
dos fraccionamientos han incurrido en delitos ambientales, pues no
cuentan con cambios de uso de suelo federales, la destrucción realizada
por La Cima ha sido mayor”.
Y por eso el llamado del comité a detener el avance “y a establecer
una franja que ponga distancia (amortigüe) a los fraccionamientos”.
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