jueves, 18 de marzo de 2010

La Jornada Jalisco:

JORGE ROCHA

Capitalismo democrático mexicano

Siguiendo con la reflexión que empezamos la semana pasada en torno al capitalismo democrático que tenemos en México, Atilio Borón en su texto Aristóteles en Macondo: notas sobre el fetichismo democrático en América Latina recupera una encuesta que anualmente elabora la Corporación Latinobarómetro en 18 países del continente respecto a la calidad de la democracia. En la edición 2006, que es la que cita este sociólogo argentino en el mencionado documento, hay un apartado sumamente interesante donde se les pregunta a 231 líderes de la región (ex–presidentes, ministros, altos funcionarios y grandes empresarios) ¿quién realmente ejercía el poder en América Latina? Los hallazgos son por demás contundentes: el 80 por ciento respondió que el poder real lo detentaban las grandes empresas y los sectores financieros, el 65 por ciento dijo que la prensa y los grandes medios de comunicación sobre todo aquellos que pertenecían a grandes corporaciones, sólo el 36 por ciento expresó que los presidentes podían ejercer el poder real en sus países y el 23 por ciento afirmó que las embajadas estadunidenses era uno de los actores con más influencia en los asuntos locales.


Para Borón ésta es una evidencia más de que en América Latina lo que tenemos no son democracias capitalistas, sino capitalismos democráticos. Si contrastamos estas afirmaciones con tres noticias recientes del escenario económico en México, parece que comprendemos mejor los hechos y se confirman las hipótesis. Mientras que surgen estudios académicos de universidades del país que afirman que la pobreza en México lejos de disminuir, tenderá a aumentar (por ejemplo del Tecnológico de Monterrey), Carlos Slim, dueño de Grupo Carso, se erige como el hombre más rico del mundo con una fortuna que asciende a los 53 mil millones de dólares, sobrepasando a Bill Gates, principal accionista de Microsoft. A la par el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) le exigió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la lista de los beneficiados de la cancelación de créditos fiscales por un monto de 73 mil 900 millones de pesos, dinero que dejó de entrar a las arcas de esta entidad responsable de cobrar los impuestos. Es decir, mientras usted y yo amable lector, pagamos 16 por ciento de IVA, en algunos casos asumimos el incremento del ISR del 28 al 30 por ciento y que estamos absorbiendo los incrementos de gasolina y energía eléctrica, un puñado de empresas dejaron de pagar en impuestos lo equivalente seis veces el presupuesto del Programa Oportunidades, instancia dedicada a combatir la pobreza en el país.


Sí, parece que en México es un ejemplo paradigmático de lo representa un capitalismo democrático, por un lado se discute una reforma política que dista mucho de atender a profundidad las necesidades más apremiantes de la ciudadanía (pasar de una precaria democracia representativa a una democracia que respeta y hace vigentes los derechos sociales) y por otro lado fabricamos “ricos” a costa de muchos, muchísimos pobres. Es más, se producen ricos quebrantando las propias reglas del capitalismo, sólo por citar que no se evitan los monopolios (Telmex), los oligopolios (Televisa y Tv Azteca) y además no se respetan las bases mínimas de operación, por ejemplo pagar impuestos. No es gratuito que en la lista de los más ricos están Slim, Azcárraga y Salinas Pliego, y por cierto quien repite entre los millonarios del planeta es El Chapo Guzmán.


Si continuamos con esta perspectiva de análisis y lo miramos desde la dimensión de lo local, podemos observar una serie de acontecimientos que encuentran sentido desde esta lógica de análisis, por ejemplo el “desarrollo” inmobiliario en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Tanto para estudiosos en el tema, como para movimientos sociales que luchan por el respeto a su territorio y su ciudad, la metrópoli ha experimentado un crecimiento basado en la generación de ganancias en el corto plazo y no en las necesidades de las personas ni en el respeto del medio ambiente. Para muestra de lo anterior, está el cuestionado proyecto MiraSierra que pretende construir un enorme complejo habitacional en parte del Bosque del Nixticuil, una de las pocas zonas de bosque que quedan. Como una terrible coincidencia, en los pasados días feriados hubo dos incendios, uno el sábado 13 de marzo en el polígono siete del citado proyecto; y otro el día lunes 15 de marzo en la zona cercana al fraccionamiento Los Guayabos y que está en el polígono cinco del proyecto en mención. De acuerdo al Comité Salvabosque Tigre II, los incendios fueron intencionales y en el primer caso, se ocultó una tala clandestina de cien árboles de encino adulto en días previos. De acuerdo con esta organización social, hasta ahora han tenido tres incendios en zonas que están siendo evaluadas por la Semarnat para aprobar el cambio de uso de suelo y entonces se pueda edificar proyecto inmobiliario MiraSierra. Si se impusiera la ley, por sólo este hecho esta Secretaría debería impedir el cambio de uso de suelo, ya que de acuerdo a la normativa en la materia, un terrero incendiado no puede cambiar su uso de suelo hasta después de 20 años. En este caso, ¿se impondrá la democracia y sus leyes, o el capitalismo y sus necesidades? ¿Seguiremos alimentando el capitalismo democrático o empezaremos a trabajar en una democracia profunda y no subordinada a los intereses del capital? La respuesta está en nosotros.

jerqmex@hotmail.com

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